Nacido en Guayaquil, el 26 de junio de 1944, y surgido de la Liga Deportiva Estudiantil (LDE), jugó toda su carrera profesional en Barcelona, club con el que debutó en julio de 1962.
Con los amarillos dio siete vueltas olímpicas (tres de Guayas: 1963, 1965 y 1967; cuatro nacionales: 1963, 1966, 1970 y 1971). Muñoz jugó cuatro copas Libertadores (1964, 1967, 1971 y 1972) y en las dos últimas ediciones clasificó a las semifinales, en épocas en que a esa fase avanzaban solo los primeros clubes de cada grupo.
Sus inolvidables disparos con chanfle, de tiro libre o lanzados sobre la marcha, sorprendieron a varios conjuntos sudamericanos y europeos que enfrentaron a Barcelona en juegos amistosos u oficiales.
Uno de los más recordados lo hizo el 20 de agosto de 1967, al Benfica de Portugal, que trajo al astro Eusebio, en el estadio Modelo. Los toreros perdieron 3-2 con el equipo que fue base de la selección lusa que logró el tercer lugar en el Mundial de Inglaterra 1966. El Chanfle le hizo honor a su apodo y marcó un gol que dejó sin reacción al guardameta europeo.
Al Dínamo de Moscú Muñoz le anotó dos tantos con su estilo característico y el ex puntero derecho recuerda que al marcharse al camerino lo seguían dos miembros del cuerpo técnico del equipo soviético. “Me alarmé, pero ellos solo pretendían descubrir que había en mis zapatos”, recordaba Muñoz. Así eran sus goles, increíbles.
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